TRIBUNAL FEDERAL DE JUSTICIA
EN NOMBRE DEL PUEBLO
SENTENCIA
VI ZR 225/13
Proclamado el:
11 de febrero de 2014
Holmes
Personal judicial
como secretario del tribunal
la oficina
en el litigio
Libro de referencia: sí
BGHZ: no
BGHR: sí
BGB § 249 (Gb)
Sobre la cuestión de la necesidad de costes periciales tras un accidente de tráfico.
BGH, Sentencia de 11 de febrero de 2014 - VI ZR 225/13 -.
LG Darmstadt
AG Seligenstadt
En la vista celebrada el 21 de enero de 2014, el VI Senado Civil del Tribunal Federal de Justicia (Bundesgerichtshof) por el Juez Presidente Galke, el Juez Zoll, el Juez Diederichsen, el Juez Pauge y el Juez Offenloch.
se encuentra en lo cierto:
En virtud del recurso de casación del demandante y de la adhesión a la casación del demandado, se anula la sentencia de la 21.ª Sala de lo Civil del Tribunal Regional de Darmstadt de 17 de abril de 2013 en lo relativo a las costas y en la medida en que el Tribunal Regional desestimó el recurso del demandante contra la desestimación de la demanda de pago de otros honorarios de peritos por un importe de 87,65 euros más intereses y, modificando la sentencia del Tribunal Local de Seligenstadt de 5 de octubre de 2012, condenó al demandado al pago de otros honorarios de peritos por un importe de 56,90 euros más intereses.
En la medida de la anulación, el asunto se devuelve al Tribunal de Apelación para una nueva vista y decisión, incluidas las costas del procedimiento de apelación.
Se desestiman los demás recursos de casación interpuestos por las partes.
Por ley
Los hechos:
Las partes mantienen un litigio sobre la indemnización de los honorarios periciales y de abogado restantes como consecuencia de un accidente de tráfico.
En febrero de 2012, el demandante sufrió un accidente de tráfico con el demandado, de cuyos daños es responsable el demandado en 100%. El demandante obtuvo una tasación de los daños del vehículo según la cual los costes de reparación necesarios ascendían aproximadamente a 1.050 euros más IVA. El perito facturó al demandante un importe de 534,55 euros en concepto de peritaje, que se desglosaba de la siguiente manera:
Preparación y redacción del dictamen pericial 260,00 euros
Fotografías (11) 8 x € 2,80 (1 juego) € 22,40
Teléfono/EDP co., material de oficina, franqueo, gastos de escritura € 75,00
Gastos de viaje/tiempo (51 km x 1,80 euros máx. 100,00 euros) 91,80 euros
Gasto adicional por cambio de salvamento
Subtotal sin IVA 449,20
IVA 19,0% € 85,35
Importe final IVA incl. 534,55 euros
El seguro de responsabilidad civil del demandado se hizo cargo de las costas por un importe de 390 euros. El importe restante de 144,55 euros es objeto de la demanda. Además, el demandante reclama las costas judiciales residuales anteriores al juicio (honorarios de abogado) por un importe de 74,97 euros, teniendo en cuenta un pago que también se efectuó antes del juicio, y, por último, solicita que se declare que el demandado está obligado a pagar intereses sobre las costas judiciales en que incurrió el demandante por un importe de 5 puntos porcentuales por encima del tipo de interés básico para el período comprendido entre la recepción de las costas judiciales pagadas y la recepción de la solicitud de determinación de las costas de conformidad con la proporción de las costas que se impondrán.
El tribunal de distrito desestimó la demanda. Tras admitir el recurso de apelación del demandante, el Tribunal Regional condenó al demandado a pagar otros gastos periciales por un importe de 56,90 euros, así como otros gastos judiciales previos al juicio por un importe de 43,31 euros, cada uno de ellos más intereses, al tiempo que desestimó el resto del recurso de apelación. Una vez admitido el recurso por el Tribunal Regional, el demandante continuó con su demanda original. El objetivo de la adhesión a la casación del demandado es restablecer la sentencia del tribunal de distrito.
Motivos de la decisión:
I.
El Tribunal de Apelación declaró esencialmente que, por regla general, el perjudicado tiene derecho a encargar la elaboración del informe de daños a un perito cualificado de su elección. El perito automovilístico no rebasó los límites de la tarificación legalmente permitida por el mero hecho de fijar unos honorarios a tanto alzado razonables en función de la cuantía de los daños. Sin embargo, con la ayuda de peritos o mediante una estimación de daños conforme al artículo 287 de la Ley alemana de Enjuiciamiento Civil (ZPO), los tribunales podrían llegar a conclusiones que demuestren que el importe de los gastos periciales reclamados supera los costes de producción necesarios en el sentido del artículo 249, apartado 2, del Código Civil alemán (BGB). A este respecto, podrían utilizarse como base los resultados de la encuesta sobre el nivel de los honorarios de los peritos de vehículos automóviles 2010/2011 realizada por la Bundesverband der freiberuflichen und unabhängigen Sachverständigen für das Kraftfahrzeugwesen e. V. - BVSK (en lo sucesivo, "encuesta sobre honorarios de la BVSK"), tanto en lo que respecta a la tasa básica como a los costes accesorios. De acuerdo con ella, la Sala estimó los costes necesarios para obtener el informe de daños en 446,85 euros, de los cuales la demandada ya había abonado 390 euros.
II.
Este cálculo de los daños no resiste los ataques del recurso.
a) No obstante, el Tribunal de Apelación parte acertadamente de que el demandante tenía derecho a encargar a un perito la estimación del importe de los daños sufridos por su vehículo en el accidente y a exigir al demandado el reembolso de los gastos de peritaje objetivamente necesarios con arreglo al artículo 249, apartado 2, frase 1, del Código Civil alemán (Bürgerliches Gesetzbuch, BGB) en concepto de gastos de producción (véanse las sentencias del Senado de 15 de octubre de 2013 - VI ZR 471/12, VersR 2013, 1544, apdos. 26 y - VI ZR 528/12, VersR 2013, 1590 número marginal 27; de 23 de enero de 2007 - VI ZR 67/06, VersR 2007, 560 número marginal 13; de 7 de mayo de 1996 - VI ZR 138/95, BGHZ 132, 373, 375 y ss.de 26 de mayo de 1970 - VI ZR 168/68, BGHZ 54, 82, 84 y ss.; de 4 de diciembre de 1984 - VI ZR 225/82, VersR 1985, 283, 284 así como de 2 de julio de 1985 - VI ZR 86/84, VersR 1985, 1090 y - VI ZR 177/84, VersR 1985, 1092 mwN). Según la jurisprudencia reiterada del Senado, los gastos necesarios son aquellos en los que incurriría una persona razonable y económicamente consciente en la situación del perjudicado (sentencias del Senado de 15 de octubre de 2013 - VI ZR 471/12, VersR 2013, 1544 para. 20 y - VI ZR 528/12, VersR 2013, 1590 nº marginal 19; de 23 de enero de 2007 - VI ZR 67/06, VersR 2007, 560 nº marginal 17; de 7 de mayo de 1996 - VI ZR 138/95, BGHZ 132, 373, 376; de 2 de julio de 1985 - VI ZR 86/84 y - VI ZR 177/84, ambas ibídem). Si la parte perjudicada puede influir en la cuantía de los gastos que deben destinarse a reparar el daño, entonces, de acuerdo con el concepto de daño y la finalidad de la indemnización por daños y perjuicios, así como de acuerdo con la idea jurídica del artículo 254, apartado 2, frase 1, del BGB, que en última instancia se remonta al artículo 242 del BGB, está obligada a pagar la indemnización por daños y perjuicios. De conformidad con el artículo 254, apartado 2, frase 1, del BGB, que en última instancia remite al artículo 242 del BGB, está obligado a elegir la forma más económica de reparar el daño dentro de lo que sea razonable para él (véanse las sentencias del Senado antes mencionadas; véase también la sentencia del Senado de 15 de octubre de 1991 - VI ZR 314/90, BGHZ 115, 364, 368).
f.). Sin embargo, como ya ha declarado el Senado, la exigencia de reparar el daño de forma económicamente razonable no obliga al perjudicado a ahorrar dinero en beneficio del causante del daño ni a comportarse en todos los casos como si tuviera que soportar él mismo el daño (sentencias del Senado de 15 de octubre de 1991 - VI ZR 314/90, BGHZ 115, 364, 369; de 29 de abril de 2003 - VI ZR 393/02, BGHZ 154, 395, 398; de 2 de julio de 1985 - VI ZR 86/84, ibídem). Pues en este último caso, no es infrecuente que el perjudicado ejerza renuncias o realice esfuerzos que, en relación con el autor del daño, parecen excesivamente obligatorios y que, por tanto, éste no puede exigir al perjudicado. En el esfuerzo por objetivar la necesidad de restitución de un modo económicamente razonable, no debe perderse de vista la preocupación básica de esta disposición, incluso en el marco del apartado 2, frase 1, del artículo 249 del BGB, a saber, que la parte perjudicada reciba la indemnización por daños y perjuicios más completa posible en caso de responsabilidad plena del autor del daño (cf. Steffen, NZV 1991, 1, 2; id. NJW 1995, 2057, 2062). Por lo tanto, al examinar si el perjudicado ha mantenido el esfuerzo por reparar el daño dentro de unos límites razonables, debe hacerse una consideración del daño relacionada con el sujeto, es decir Esto significa que debe tenerse en cuenta la situación especial del perjudicado, en particular sus posibilidades individuales de conocimiento e influencia, así como las dificultades que puedan existir para él en particular (sentencias del Senado de 15 de octubre de 1991 - VI ZR 314/90, BGHZ 115, 364, 369 y - VI ZR 67/91, BGHZ 115, 375, 378; cf. sentencia del Senado de 15 de octubre de 2013 - VI ZR 528/12, loc.cit., número marginal 19). A la hora de contratar a un perito automovilístico, el perjudicado también puede conformarse con contratar al perito que tenga fácilmente a su alcance en su situación. No tiene que realizar previamente una investigación de mercado para encontrar al perito con los honorarios más bajos.
La parte perjudicada suele cumplir su carga de la prueba en relación con el importe de los daños presentando una factura del perito que ha contratado para reparar los daños. El importe real de la factura es un indicador clave para determinar el importe "necesario" para reparar el daño en el sentido del artículo 249, apartado 2, frase 1, del BGB al estimar el daño de conformidad con el artículo 287 del ZPO, ya que refleja regularmente las circunstancias particulares del caso concreto, incluidas las limitadas posibilidades de conocimiento del perjudicado, que son relevantes en el contexto de la evaluación del daño en cuestión (véanse las sentencias del Senado de 15 de octubre - VI ZR 471/12, loc. cit. Sentencias del Senado de 15 de octubre de 2013 - VI ZR 471/12, loc. cit. apdo. 26 y - VI ZR 528/12, loc. cit. apdo. 27; de 23 de enero de 2007 - VI ZR 67/06, loc. cit. apdo. 13; de 6 de noviembre de 1973 - VI ZR 27/73, BGHZ 61, 346, 347 y ss.). Sin embargo, en última instancia, lo decisivo no son los costes legalmente debidos, sino los costes realmente necesarios en el sentido del artículo 249, apartado 2, frase 1 del BGB (véase la sentencia del Senado de 7 de mayo de 1996 - VI ZR 138/95, BGHZ 132, 373, 381 con referencias adicionales). No obstante, un indicio de necesidad es la conformidad de los costes en que incurre el perjudicado con la factura y el acuerdo de precios en que se basa, a menos que el perjudicado pueda reconocer claramente que son considerablemente superiores a los precios habituales. Por tanto, el nivel y las posibilidades de conocimiento del perjudicado ya desempeñan un papel decisivo en el examen de la necesidad de los gastos por daños de conformidad con el artículo 249, apartado 2, frase 1, del BGB (véanse las sentencias del Senado de 15 de octubre de 2013 - VI ZR 471/12 y - VI ZR 528/12, ambas loc. cit.). Sin embargo, la mera impugnación de la necesidad del importe de la factura indicado para reparar el daño no basta, por lo general, para cuestionar el importe del daño reclamado. La situación es diferente si de los acuerdos celebrados se derivan circunstancias que privan a la factura del significado indicativo de la necesidad de los gastos (véase la sentencia del Senado de 7 de mayo de 1996 - VI ZR 138/95, BGHZ 132, 373, 381 y ss.).
b) Incluso en el marco de la posición más libre del juez de los hechos en la valoración de los daños y perjuicios en virtud del artículo 287.1 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, las consideraciones con las que el Tribunal de Apelación llegó aquí a una reducción de los honorarios de los peritos reclamados por el demandante no pueden conciliarse con estos principios. No estaba permitido reducir los costes cobrados al demandante por el perito de daños y perjuicios únicamente sobre la base de un estudio de honorarios realizado por una asociación de peritos. Al hacerlo, el Tribunal de Apelación no reconoció el significado especial de la factura presentada para el caso individual concreto y la situación de la parte perjudicada a la hora de encargar un peritaje. Sólo si el perjudicado puede reconocer que el perito seleccionado por él cobra por su trabajo unos honorarios que superan notablemente los precios habituales en el sector, la exigencia de eficiencia económica de la ley de daños y perjuicios impone que se encargue a un perito más barato que esté disponible (cf. sentencia del Senado de 15 de octubre de 2013 - VI ZR 528/12, loc.cit., número marginal 19). Tales circunstancias no se han acreditado en el asunto objeto de litigio.
aa) El importe de los honorarios básicos cobrados por el perito no es objetable. El importe de los costes adicionales es discutible. El hecho de que el demandante podría haber reconocido desde el principio que el perito cobraría unos costes accesorios excesivos según la afirmación del demandado no se alega en el litigio y, por lo tanto, no fue establecido por el Tribunal de Apelación. El demandante no estaba obligado a buscar un perito con una oferta de honorarios más favorable respecto al demandado. El demandante tampoco tenía que conocer el resultado de la encuesta entre los miembros de la asociación de peritos sobre el importe de los honorarios habituales. Sin embargo, esto significa que los costes reclamados no quedan fuera del ámbito de la cantidad de dinero necesaria para reparar el daño de conformidad con el § 249 (2) frase 1 BGB desde el principio.
bb) Por supuesto, el causante del daño tampoco está obligado a reembolsar íntegramente al perjudicado los importes facturados por las empresas especializadas utilizadas por éste en el marco de la reparación del daño sin posibilidad de comprobación. En cualquier caso, el causante del daño tiene la oportunidad de demostrar y, en su caso, probar que el perjudicado incumplió su deber de mitigar los daños con arreglo al artículo 254, apartado 2, frase 1, caso 2, del Código Civil alemán (BGB) al no adoptar durante la reparación del daño las medidas que una persona prudente y razonable habría adoptado para mitigar el daño. Sin embargo, el mero hecho de que los costes incidentales cobrados por el perito de daños en el presente caso superen las tarifas máximas que se desprenden de la encuesta de honorarios de la BVSK no justifica la presunción de tal infracción por parte del demandante.
c) Dado que el Tribunal de Apelación asumió que los gastos periciales exigidos por el demandante no eran plenamente "necesarios" en el sentido del artículo 249, apartado 2, frase 1, del BGB, el demandado no ha tenido hasta ahora motivo alguno para plantear en el procedimiento la cuestión de la infracción del deber de minimizar los daños. Debe dársele la oportunidad de hacerlo para salvaguardar su derecho a ser oído. Por consiguiente, la sentencia impugnada debe anularse con arreglo al artículo 562, apartado 1, y al artículo 563, apartado 1, frase 1, del ZPO en lo que respecta a los gastos periciales, y el asunto debe devolverse al Tribunal de Apelación para que se celebre una nueva vista y se dicte una nueva resolución. Este tribunal tendrá la oportunidad de considerar las alegaciones mutuas adicionales de las partes en la instancia de apelación.
En todo lo demás, procede desestimar el recurso de casación y la adhesión a la casación.
El Tribunal de Apelación no incurrió en error de Derecho al declarar que el demandante tenía derecho a otros gastos judiciales previos al litigio por importe de 43,31 euros más intereses. La apreciación del Tribunal de Apelación, en la que se basa el cálculo, de que el valor comercial relevante en relación con los gastos judiciales previos al litigio asciende a entre 1.500 y 2.000 euros, no es objetable desde el punto de vista jurídico ni depende de la cuestión de si, y en caso afirmativo, en qué medida se adjudicarán al demandante los gastos periciales controvertidos en un procedimiento ulterior.
Además, la desestimación de la pretensión del demandante de que se dicte una sentencia declarativa no es objetable por razones jurídicas. Debe asumirse con el tribunal de apelación que, en cualquier caso, el demandante no ha presentado de forma concluyente la correspondiente reclamación de daños y perjuicios.
Galke
Aduanas
Diederichsen
Pauge
Agujero abierto
Tribunales inferiores:
AG Seligenstadt, decisión de 05.10.2012 - 1 C 610/12 (3) -.
Tribunal Regional de Darmstadt, decisión de 17.04.2013 - 21 S 191/12 -.