BMW M1: la cuña de plástico bávara con ambiciones de competición
El precursor del BMW M1 es el BMW Turbo, un deportivo plano que se concibió como un estudio y nunca llegó a fabricarse en serie. Pero la forma atrajo e inspiró a los responsables de BMW para diseñar el M1, un superdeportivo del que sólo se construiría el número necesario de modelos de homologación.
El objetivo era crear un coche de carreras competitivo para el Grupo 4 de la FIA. Sin embargo, un cambio en el reglamento echó por tierra los sueños de los ingenieros y el BMW M1 se convirtió en un supercoche de carreras, pero desgraciadamente sin serie de competición. Mala suerte para BMW Motorsport GmbH, que se creó especialmente para la producción del M1, pero buena suerte para el cliente solvente. Aunque algunos M1 se inscribieron en la serie Procars creada especialmente, la mayoría se vendió de forma regular.
Oli cree que el M1 es genial, por supuesto, porque tiene faros abatibles. Laura todavía sueña con sus paseos en un M1 Procar y delira sobre las cualidades de superdeportivo. A Ron le gusta el diseño bruto y, por supuesto, que sea un BMW. Qué tiene que ver todo esto con Lamborghini, por qué los faros traseros son de la Serie 5 y qué pieza procede de Schweinfurt: ¡descúbrelo en nuestro podcast!
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